miércoles, 7 de diciembre de 2011

Ese dolor que no te deja en paz


El dolor es parte cotidiana de nuestra vida, nos recuerda constantemente que estamos vivos; no importa si nos referimos al dolor físico o emocional, si es ligero o sangrante, si aterra y te deja sin aire, o es un dolor que te agrada; su deber es hacerte recordar siempre que estás vivo, que la vida duele y muchas veces ese es su único sentido.
Pero aquel dolor que es parte de la vida de todos los seres humanos, ese al que muchos tenemos miedo, ese que nadie quiere sentir; ese dolor que te encierra en la oscuridad, que te quita la esperanza, que te recuerda la vida porque justo en ese momento lo único que quieres es morir, porque la angustia es insoportable, te falta el aire. Un dolor que evaporó la esencia de tu ser, en ese momento nada importa, no hay mañana, no hay luz. Pienso en el sufrimiento que trae el perder a un ser amado, pienso en Romeo y Julieta, en la desesperación de ella, en su decisión de terminar  su vida, el vacio le impidió ver la superación. Cuando no hay esperanza, no hay sentido.
En cambio, pienso en Penélope, llena de esperanza, porque sólo eso te puede mantener de pie cuando el dolor empieza a hacer estragos contigo, sólo pensar que existe otro día y otra oportunidad para seguir luchando hará que dejes de sufrir; pero este proceso es lo suficientemente doloroso como para no querer vivirlo, no querer superarlo, como para rendirse.
Hay tantas formas de afrontar el  suplicio como personas en el mundo, pero todos estropeamos la felicidad de la misma manera… realmente nadie la disfruta, nos dedicamos a pedir siempre más de lo que tenemos, sin comprender que después de tanto sufrimiento es esa pizca de felicidad, y no más, la que nos merecemos. La perdemos porque mientras somos felices nadie recuerda que estamos vivos, nadie piensa en el valor que tiene la felicidad; en el dolor que se tuvo que vivir, que se tuvo que superar para tener un tiempo, determinado y finito, de felicidad.
 Cuando volvemos a la oscuridad de la angustia y la desesperanza, llega el arrepentimiento, la culpa y muchas veces el castigo. La felicidad tiene un precio muy alto, y es precisamente el dolor.

Muriendo del recuerdo

 Ya con la navaja marcada en mis venas, entre el frío del metal y el filo que tiene, tuve la sensación de caer al vacío, esa misma sensación que me da cuando estoy frente a tus mentiras…Tranquilo, no te responsabilizaré de mi muerte, esa que me produjiste hace tantos años atrás y que aún no he llevado a cabo, esperando a morir con dignidad ¿acaso olvidaste regresar? Yo me quede como una novia esperando a su amado en la iglesia de las desgracias…

          Ante la caída me sentí desestabilizada, inquieta, incompleta. Aun me observo yendo por el camino del fracaso junto a la soledad, llevando un paraguas bajo una lluvia de lágrimas. 
Regresé a nuestro hogar teniendo en mi sangre el éxtasis bendito, mientras todo se movía logré ver mi reflejo en la ventana, tenía esa imagen de desdichada, de mujer desperdiciada, con esa mirada infinita de perdición; y me llevó toda una vida quitarme ese disfraz, poco a poco he visto regresar mis rasgos, deteniéndose frente al espejo de la muerte.

        Existen pecadores que piden perdón, yo no necesito eso, yo disfruto viendo la estela que dejó tu partida, el rastro que dejó tu vida. Estoy aquí, estancada esperando el regreso de tu alma, encerrada en el recuerdo de tus palabras, solo para no olvidar que nada de ti valió, ni una gota de mi sangre.

domingo, 16 de octubre de 2011

Aprendí a ver a través de tus ojos


Hace años atrás cuando te conocí no tuve la habilidad de comprender que cuando me levantara del piso para decirte “hola”, el resto de nuestra historia cambiaria; no fui lo suficientemente inteligente para darme cuenta que tu mirada no era ocasional, que tus ojos me hablaban; fui tan tonta que creí que tus palabras eran bromas, que buscabas cables pelaos, creí que mas nunca estaría sentada a tu lado… Pero como la vida es traviesa y le gusta echarme en cara todos mis errores nos chocó una y otra vez, para que yo nuevamente no me diera cuenta, para que hoy me reprochara en cada noche haberte dicho que “no” cuando me invitaste a besarnos en aquel jardín… Para aprender…
                Aprender a callarte con besos y no con gritos, a darles el ritmo de una canción, hacerlo suavemente porque aprendí a besar mas allá de tus labios, aprendí a besarte el alma. Comprendí la necesidad de un abrazo cuando con tus ojos me lo pediste, y la sentí cuando al despertar en la madrugada me encontré sin ti. Me hiciste entender que no soy dueña de la razón, y aunque existan cosas que no comparta o no comprenda, aprendí a aceptarlas porque a ti te hacen feliz. Aprendí a no ser egoísta porque tus tesoros también tienen valor para mí.
Me he dado cuenta de lo ignorante que soy, pues tu inteligencia me supera en cifras, cuentos, historias, películas, canciones, música, conceptos, definiciones, noticias, ciencia y tecnología… Entendí que mis nauseas matutinas surgen los días que al despertar tu voz no es lo primero que escucho, entendí el significado que guarda una canción en su letra cuando me las regalaste, el valor de una melodía  y sus acordes, el valor de la música… Comprendí tus temores y me enamoré de ellos, comprendí mi locura, cuando aprendí a ver a través de tus ojos.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Monotonía de mí


        Estoy tan aburrida de todos los días mirar hacia abajo y ver siempre el mismo cuerpo, los mismos pies, con ese dedo que tanto me perturba, el mismo ombligo y la cicatriz que dejó un pircing que tapo con otro, el lunar blanco de mi pierna que me persigue desde que nací, las rodillas huesudas, los mismos muslos sin gracia, una barriga flácida y unos senos sin chiste, todos los días la misma vaina, tanto que no he podido darme cuenta de los cambios que el tiempo me ha otorgado.

          Sería divertido hacer de Lady Gaga para al menos reírme cuando me vea al espejo, tener un armario sicodélico, y usar pelucas!  O ser Flavor Flave y sentirme la persona más ridícula del planeta y al menos asustarme al verme a mí misma. No estaría mal ser Angelina Jolie y saber que todos los hombres te desean… Ser yo, nuevamente, en estos días llenos de hábitos y costumbres, días totalmente iguales, que si son las dos es lo mismo a que sean las ocho, el sol no marca diferencias cuando vives con las ventanas cerradas.


 Todo es absurdamente monótono cuando no estás, cuando solo soy yo conmigo, cuando solo puedo verme a mí, cuando tu ausencia me pide por ti. Estoy aburrida de ser yo, agotada de mi voz que ni sabe cantar, de no poder bailar, de tanto soñar, de puro dormir y leer… Estoy cansada de querer y no tener, de amar y no vivir, de besar y no sentir. Porque soy aburrida, porque soy yo todos los días.

martes, 13 de septiembre de 2011

Este amor no lo suelto ni que me maten


Yo me enamoré de tu indecisión, esa misma que ahorita me está jodiendo la paciencia, esa inseguridad tuya de dar un paso adelante y regresar por si algo se te olvidó… Coño! Así no podemos vivir, te ordeno que mires hacia adelante, que tu mano toma la mía y te llevaré arrastrado si debo hacerlo, porque este camino que me mostraste y del que hiciste que me enamorara lo vamos a caminar los dos, juntos como me dijiste aquel día que me pediste matrimonio. Tas requete jodido si piensas que te voy a soltar, ¿será que tú crees que es facilito encontrar otra preciosura como yo? O será que juras que yo voy a seguir buscando semejante manjar como tú, no mi amor, yo ya sé que eso no la encuentro ni aquí, ni en Pequín, ni en Medellín. Tú eres mío y te jodiste hasta el final.
Es que honey, yo me enamoré de ti hasta los tobillos y no hay vuelta atrás, quién te manda a venir con tus mensajitos hasta la madrugada, tu dulzura… mirarme con esos ojitos brillantes, quién carajo te manda a dar esos besos tan sabrosos. Mi vida, yo me enamoré hasta de tu lengua rozando la mía con delicadeza, porque no hay duda que en los besos la salvaje soy yo… Me enamoré de tu olor, de tu sudor encima de mí , de tu pudor…Me enamoré de tu aliento a chicle, de tu cabello liso, de los sonidos que hace tu panza, hasta del sonido de tu risa… Incluso me enamoré de esa paja que hablas y que nunca entiendo ni media papa, es que amo tanto tu voz que a veces, confieso, no le paro a lo que dices porque quedo demasiado embelesada, te miro y me adentro en tu mirada.
Querido, yo no llegué a tu vida para que te enamoraras de esta belleza tropical y dejarte para que sufras, Ni de vaina, no hay nada más sabroso que tu, y si lo hay pues no me interesa porque aquí me quedo gozándote aunque me saques a patadas, porque, por si no lo entendiste, yo estoy completamente enamorada de ti!

sábado, 10 de septiembre de 2011

Solo por hoy

Mientras espero con desespero tu llegada empezaré a planear nuestro día… Hoy nos hablaremos con la mirada, si mis ojos se cierran es porque ya no querré escucharte, pues a veces tus palabras pueden ser muy duras, cuando te mire y parezca que quiero traspasarte hasta llegar a tu alma te estaré diciendo que te amo; si mis ojos se humedecen en lágrimas te diré que te extraño, te estaré pidiendo que no te vayas… Hoy nos besaremos con las manos, para así llegar a esos lugares que no me dejas, para sentir tus labios en mi espalda, para besarnos mientras caminamos. Nos tocaremos con la lengua y así sentir el sabor de tu cuerpo. Nuestra voz servirá para cantar, pues la música será el ritmo de nuestros pasos, juntos improvisaremos canciones y en vez de caminar debemos bailar.

En este día está prohibido hablar del tiempo y hay verbos cuyo uso no está permitido; hoy solo hablaremos de amar, sentir, creer, soñar y vivir. Hoy solo seremos tú y yo, los miedos me estorbarán así que los puedes dejar en el congelador… Hoy serás el aire de mis suspiros, hoy quisiera ser la mujer que amarás para toda la vida. Hoy abrázame con fuerza, toca mi rostro como si todo fuera una ilusión, bésame como si fuera la última vez, ámame con locura y pasión y permíteme creer, solo por hoy, que soy tu corazón, que tu existencia depende de mí, pensar que tú sientes lo mismo que yo; déjame volar como si todo en la vida fuera soñar. Deja que todos nuestros días sean como hoy.


                                   Nuestro amor será leyenda - Alejandro Sanz

jueves, 8 de septiembre de 2011

Déjame vivir tu tiempo




Háblame del tiempo, ese que tanto criticas, ese que tanto te molesta… Cuéntame del tiempo que no te tuve, aquel que no estuviste a mi lado, ¿cómo se sentían tus manos? ¿Cómo eran tus labios? ¿A qué sabía tu voz? Por favor hazme saber todo de ti, para así sentir que de una u otra manera yo también estuve allí; genera en mi recuerdos creados de momentos que no viví  para pensar que justo cuando  comías esas hamburguesas asquerosas de Las Mercedes yo estaba tomando tu mano,  diciéndote que te hacían daño. El tiempo que se fue, el tiempo que perdiste, el tiempo que viviste y el que no también… Háblame eternamente de ti, no me obligues a preguntarte pues sabes que no me gusta hacerlo, prefiero que tus palabras fluyan porque así lo desean, no quiero que mi voz salga con una pregunta cuando mis ojos te la gritan, no me hagas preguntar lo que ya sé…

Cuéntame de nuestro tiempo, de tus sentimientos, de tus decisiones y sus razones, haz parte de mis conocimientos la verdad, sin frenos, sin miedos… Arráncame el tarugo de la garganta que crece con cada duda, que me atormenta con tu silencio, que me pincha como una aguja… Quítame el dolor del desconocimiento, si quieres miénteme, y que nunca me entere pero llena el vacío que has venido dejando cada vez que te guardas todo eso para ti… Comparte tus temores, esos que tienen que ver con el tiempo, esos que tienen que ver conmigo. Háblame de nuestras miradas jugando a transformarse en un ciclope, cuéntame de aquello que te emociona, de lo que sientes  cuando me amas, de lo que te producen los besos en el cuello y el sutil movimiento de mi cuerpo… Háblame de mis ojos y mi cabello y déjame disfrutar del placer que me produce amarte.

Lléname de tus palabras, de tus cuentos y verdades. Dime si alguna vez te arrepentiste de un beso, de una lágrima, de una palabra; no, mejor dime si te arrepientes de mí, y si es así, empieza a contarme cómo será tu vida cuando te deshagas de aquello que te estorba, de aquello que nunca fue suficiente, cómo serán tus días sin mis manos en tu rostro, cómo vivirás sin los ojos que amas… Y ahora, háblame de mí tiempo, y cómo será mi vida contigo y sin ti, déjame decidir cuál de los dos caminos quiero vivir.