miércoles, 7 de diciembre de 2011

Muriendo del recuerdo

 Ya con la navaja marcada en mis venas, entre el frío del metal y el filo que tiene, tuve la sensación de caer al vacío, esa misma sensación que me da cuando estoy frente a tus mentiras…Tranquilo, no te responsabilizaré de mi muerte, esa que me produjiste hace tantos años atrás y que aún no he llevado a cabo, esperando a morir con dignidad ¿acaso olvidaste regresar? Yo me quede como una novia esperando a su amado en la iglesia de las desgracias…

          Ante la caída me sentí desestabilizada, inquieta, incompleta. Aun me observo yendo por el camino del fracaso junto a la soledad, llevando un paraguas bajo una lluvia de lágrimas. 
Regresé a nuestro hogar teniendo en mi sangre el éxtasis bendito, mientras todo se movía logré ver mi reflejo en la ventana, tenía esa imagen de desdichada, de mujer desperdiciada, con esa mirada infinita de perdición; y me llevó toda una vida quitarme ese disfraz, poco a poco he visto regresar mis rasgos, deteniéndose frente al espejo de la muerte.

        Existen pecadores que piden perdón, yo no necesito eso, yo disfruto viendo la estela que dejó tu partida, el rastro que dejó tu vida. Estoy aquí, estancada esperando el regreso de tu alma, encerrada en el recuerdo de tus palabras, solo para no olvidar que nada de ti valió, ni una gota de mi sangre.

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